Nadie nace sabiendo ser padre o madre: la paternidad requiere una gran disposición de aprender y adquirir herramientas para realizar esta labor de la
mejor forma posible.
Las niñas, niños y adolescentes aprenden sobre sí mismos y el mundo que les rodea a través de las palabras y acciones de sus padres, madres o personas
cuidadoras.
Por ello, te presentamos algunas recomendaciones para ejercer una parentalidad positiva:
- Considera que la comunicación es indispensable para un buen entendimiento: habla de manera clara y precisa, sin tantos rodeos. Al saber lo que queremos, podemos encontrar una forma sencilla y directa para comunicarnos.
- Demuéstrale que tu amor es incondicional: evitar echar culpas, hacer críticas o buscar defectos, porque puedes debilitar su autoestima y provocar resentimientos. Hazle sentir que es importante y promueve el amor, la paciencia y el respeto.
- Estimula su autoestima y reconoce sus buenas acciones: las y los niños comienzan a desarrollar su sentido del “yo” desde que son bebes y así desarrollan su autoestima. Elogiar los logros, aunque sean pequeños, les hará sentir orgullo. Considera que permitirles que hagan cosas por sí mismos, les hará sentir que son capaces y fuertes.
- Establece límites y disciplina de manera coherente: la disciplina debe ser una forma de ayudarles a elegir los comportamientos aceptables y a que aprendan a controlarse. Como reglas, puedes establecer que los golpes, burlas hirientes o insultos no están permitidos, así como que todo acto tiene una
consecuencia.
- Bríndales tiempo de calidad: haz tu mayor esfuerzo para estar disponibles cuando expresen el deseo de hablar o participar en actividades familiares. Las
y los adolescentes parecen necesitar menos atención de sus padres, pero la realidad es que solo tienen nuevos intereses y es importante conocerlos y
compartirlos. - Conviértete en un modelo a seguir: da el ejemplo de las cualidades que deseas cultivar en tus hijas e hijos, incluyendo los valores del respeto,
cordialidad, honestidad, amabilidad y tolerancia. Expresa siempre tu agradecimiento y trata a las demás personas del mismo modo que esperas que otras personas te traten. - Adopta un estilo de parentalidad más flexible: a medida que tu hijo o hija cambie, tendrás que modificar gradualmente su estilo de crianza, pues lo que
hoy resulta eficaz, puede que en un par de años no lo sea. No dejes de orientar y alentar a las y los adolescentes a que respeten reglas del hogar, al
tiempo que se vuelven más independientes. - Toma consciencia de tus limitaciones como padre y madre: acepta tus habilidades y trabaja en tus debilidades. Mantén una expectativa realista tanto
para ti como para tus hijos o hijas.
La parentalidad positiva implica empatía y ausencia de todo tipo de violencia física o verbal en casa, lo que les permitirá un buen desarrollo y no heredar
costumbres que pudieran limitarles en su desarrollo.
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