Protege tus datos personales
Al hacer un contrato, pagar un servicio o utilizar una red social, es muy probable que hayas compartido tu información personal con una institución de
gobierno o una instancia privada.
Algunos ejemplos de datos personales son fecha de nacimiento, domicilio, número de teléfono, correo electrónico, número de seguridad social, CURP,
número de credencial de elector, entre muchos otros más.
Existen datos sensibles que informan sobre los aspectos más íntimos de las personas; su mal uso puede provocar discriminaciones o ponerles en riesgo,
como por ejemplo el origen racial, historial académico o laboral, estado de salud, creencias religiosas, afiliación sindical, opiniones políticas o preferencia
sexual, entre otros.
Los datos patrimoniales o financieros hablan sobre la capacidad económica de las personas y la capacidad que tienen para hacerle frente a sus deudas,
como sería el caso de cuentas bancarias, bienes, información fiscal, historial crediticio, ingresos y egresos, números de tarjetas de crédito, entre otros.
Cuando este tipo de información cae en manos equivocadas, ya sea porque tú los proporciones o porque no sean bien protegidos por aquellos terceros a
quienes se los proporcionaste, pudieras estar en una situación de riesgo, como la usurpación de la identidad para obtener un crédito bancario o realizar
compras en tu nombre.
Estos datos también pueden ser utilizados por criminales en casos de una extorsión o de secuestros virtuales, al tomar además fotografías y preferencias
de tus redes sociales.
Probablemente hayas recibido en tu correo electrónico o mediante una llamada una oferta que no solicitaste; esto ocurre cuando una instancia comparte
tus datos con otras sin pedir o tener tu consentimiento, lo que representa otro ejemplo de su mal uso.
Toma en cuenta las siguientes recomendaciones para cuidar tu información o la de tu familia:
- Revisa la configuración de la política de privacidad en tus redes sociales y decide de forma consciente si deseas que sea un perfil público, privado o con
restricciones.
• Al navegar por internet, proporciona la menor información posible sobre tu persona o tus seres queridos.
• No compartas información privada de otras personas sin su consentimiento o conocimiento. Tampoco difundas materiales que puedan dañar a alguien.
• Nunca proporciones tus contraseñas o claves de acceso con otras personas y cámbialas con frecuencia.
• Saca de tu cartera o bolsa aquellas identificaciones o tarjetas bancarias que no utilices con frecuencia.
• Considera que la entrega de datos personales no condiciona la compra de un producto y no caigas en la tentación de participar en una promoción si no
te genera confianza.
• Al realizar compras o transacciones por internet, verifica siempre la autenticidad del sitio y las medidas de seguridad.
• En redes sociales, evita aceptar a personas que no conoces.
• Cada vez que te pidan un dato personal pregunta cuál es la finalidad de la recolección de los datos.
Tus datos personales dicen mucho de quién eres, las cosas que te gustan, tus capacidades, habilidades o deficiencias, con quién te relacionas, así como
información tu información financiera o la de tu familia.
Recuerda que solo tú puedes autorizar el uso de datos personales y ese derecho está protegido en el Artículo 16 de la Constitución de nuestro país.
Cuando los proporciones, debes saber cuál es el tratamiento que recibirán, cuál será su uso, divulgación o almacenamiento. Por ello, no olvides leer el
apartado de “términos y condiciones” la próxima ocasión.